Foto de Ángel Muñoz

lunes, 17 de septiembre de 2012

Enfoques



Un día nos pararemos a pensar qué fue de nuestro sueño
y la tristeza nos molerá de frío
como si nuestras venas albergaran el viento.
Nos sentaremos abatidos y pasarán las horas.
Las encías se quejarán entonces de su desdentamiento,
ya no habrá nada que podamos morder.