Foto de Ángel Muñoz

lunes, 30 de junio de 2008

Pre tendida alegría

Cuando siento el camino de hormigas atravesarme el cuello dando cuenta de lo breve de todo me reafirmo en la voluntad obstinada de reír sobre las cosas. Lo digo porque, a veces, noto que ascienden amagos de tristeza, brotes que asustan porque se presienten fabulosos y no quiero ni resguardarme a su fresca sombra, aunque sería tan dulce, a ratos, el dejarse llevar. Soy muy dura con esto, por eso algunos días, como hoy, cuando me sacan sangre, el líquido fluye rosado y tibio, sin negrura, sin grumos, como si nada me doliese.

jueves, 26 de junio de 2008

Cumplesueños Berlín II


El sol, el paseo,
la sorpresa, lo inexplicable,
la vereda impensable se sumerge,
los labios se aplican al trabajo desde las comisuras.
El vino encrespa el cielo de la boca.
No tenemos ni idea de lo que hemos pedido para comer
pero es ácido y rico.
Nos acaricia el aire en el Spree, algo de aire y el cristal.
Envidia de los que están enfrente, en la playa inventada, en la hamaca naranja, de estar en todas partes, en todos los placeres.
Pereza de esperar en la cola del Reichstag,
isla de los museos, isla de los tesoros,
las palomas se comen los restos del agasajo de la boda
junto a una instalación de coches desguazados, de barricadas.
La torre de televisión es nuestro caminito de migas de pan.
Los patios de Hacke y su modernismo azul, el tren que llega a Spandau en medio de la tarde calentísima y crujiente de insectos.
Siempre encontramos sin buscar, todo nos sale al paso.

martes, 24 de junio de 2008

Cumpleaños Berlín I

















Se sabe, se nota que allí han pasado muchas cosas. Las historias reflotan por el río, trepan los edificios, los visten de pasado, los acristalan de futuro, brotan los sueños.
Berlín integra, es saludable, brilla desde la cúpula a la viga sin carne.
Para contar de ella hay que darle la vuelta al adjetivo, mirarlo por la espalda, sentir que todo lo que puede mancharte es digno de convertirse en postal.
Hay que subir los ojos a las bicis que reclaman su espacio, acariciar al perro que se enrosca en las piernas de su dueña en la línea U del metro.
Hay que comprarse la chaqueta raída bordeada de encaje que vende la mujer en la esquina de Schönhauser con Torstr y apesta a naftalina.
Hay que mojarse con toda la cerveza, dejarse rodear del verano alemán recién nacido.
Berlín tiene abiertas todas sus puertas. Tú me invitaste a entrar. Juntos paladeamos su sabor a helado de cucurucho, juntos nos derretimos en una habitación blanquita de decorado Ikea y gritamos al patio y el patio nos rondó con relámpagos y lluvia que refresca.
Qué hermoso este regalo de cumple así, sin envolver.




lunes, 16 de junio de 2008

Calentando Luke

Foto de Geles Mit
Sí, mi texto de este mes en Luke echa chispas. Pero es que me provocan...
Por cierto, comparto lupa con Carmen Camacho. Dos miradas candentes a dos fotos encendidas.

domingo, 15 de junio de 2008

Qué triste...!

Tenía que darle un recadito de páginas a Almudena Grandes así que tiré otra vez para el retiro. Cumplí la misión con rapidez y eficacia (menuda soy yo, que dirías). Paseamos la tata, six y yo, con mi hermosura de sobri por entre los arbolitos. Coloqué con cuidado mi librito en primera fila en la caseta, que mis mujeres se sentían incómodas tan apretujadas… Luego nos fuimos Julio y yo de cañitas, alioli, boquerones y charleta, picamos de historias, de ideas, de pelis y de libros. Un mensaje de Laura me invitaba de noche a escucharla cantar y parecía el plan perfecto. Pero a eso de la hora de la siesta perdí el equilibrio y ni la cocacola me tiró para arriba. Pensamos ir al cine a ver si con el aire fresquito de la sala se me aliviaba el vértigo. Por cuestiones de horarios y por fiarme del público del sundance, nos metimos a ver “La vida sin Grace”. No vayáis, no vayáis, confiad en mis palabras. John Cusack y sus hijas ya están tristísimos nada más ponerse con la peli así que te parece imposible que puedan ir a peor cuando muere la madre. Qué padre más rancio…, si no le deja a la niña ni ponerse una cucharada más de la plasta de puré de patatas esa que toman con algo parecido a la carne a las siete de la tarde, para cenar… En fin, que cuando a la madre se la cargan en la guerra de Irak (esto se explica en la sinopsis, no me estoy cargando la peli, aunque me encantaría, os recuerdo, no vayáis, no vayáis) la cosa ya alcanza un grado de patetismo plano y mortecino que te arrastra hasta el absoluto vacío emocional. Nada conmueve, da una pereza… Yo creo que los de sundance le dieron el premio bien porque estaban más mareados que yo o bien porque aparece un hermano del padre, que fuma y lleva barba, que parece -en cierto modo, así por encima, sin pasarse- hacer alguna leve crítica a la guerra de Irak. En fin, pooobre Cusack, dan ganas de ponerlo encima de la cama junto a un peluche del perrito tristón. Son muy curiosas las visiones de los críticos. La primera me pirra:

"Una pequeña y tierna película (...) que consigue un delicado equilibrio. (...) Mr. Cusack demuestra una vez más que es el segundo tipo más agradable de Hollywood, tras Tom Hanks. Sin vanidad, sin forzar para gustar (...) la acumulación de detalles es perfecta." (Stephen Holden: The New York Times)
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"Tan sutil y conmovedora como su título. Una poderosa y cautivadora meditación sobre la pérdida y la pena (...) Puntuación: *** (sobre 4)." (Claudia Puig: USA Today)
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"La rapidez mental y la inteligencia de John Cusack hacen de él una mala elección para interpretar al plano personaje protagonista, un hombre de familia conservador" (J.R. Jones: Chicago Reader)
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"Un emocionalmente enriquecedor y satisfactorio drama con una magnífica interpretación contenida de John Cusack" (Kevin Crust: Los Angeles Times)
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"Una decepcionante y manipuladora mirada a la pérdida de un miembro familiar en la guerra de Iraq." (Kirk Honeycutt: The Hollywood Reporter)
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"Perversa forma de cine de propaganda para unos tiempos demasiado afines a la pornografía sentimental. (...) Cusack agota el repertorio expresivo de la cara de bacalao." (Jordi Costa: Diario El País)
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"Está llena de pequeñas incrustaciones de luz que la convierten en flamante, en original (...) una película sobria y al tiempo cálida (...) Puntuación: *** (sobre 5)." (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
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Claro, con este panorama, mi vértigo aumentó y tuve que regresar a casa antes de lo previsto agarrándome con fuerza a las barras del metro para no perder el sentío. Nos quedamos sin concierto, yo me tomé un dogmatil y dormité en el sillón hasta la madrugada. Antes de eso me atreví con otra peli, una cosita lésbica-amorosa-dramático-cómica de Alice Wu que, bueno, en fin, pues tenía sus cositas (no se admiten chistes fáciles).

viernes, 13 de junio de 2008

Efímero

El viaje dejaba entrar un calor malva por la ventanilla del coche, escapábamos de los días. La música tenía los matices imprecisos del discurrir. Habíamos buscado carreteras secundarias, la ruta más larga. Encontramos un campo de amapolas azules. Casi siempre salimos movidos en las fotos. Hay cosechas demasiado fugaces.

jueves, 12 de junio de 2008

Un par de cosas bonitas sobre Las Mujeres

Foto de Margarida


Han aparecido este par de reseñas sobre Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero, las dos en publicaciones de mi pueblo, gustazo y gracias.

Nuevo libro de relatos de Inma Luna
“Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero”

"Es algo que tiene un ciclo perfecto e implacable; algo que empieza y termina satisfactoriamente como la esfera en que ninguna molécula puede estar fuera de sus límites precisos" es una de las descripciones que el maestro del cuento, Julio Cortázar, hace de esta forma de narrar, de contar la realidad en pocas líneas, con pinceladas que forman un todo en sí mismas y que podemos aplicar a cada uno de los 17 relatos que conforman “Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero”, el nuevo libro de la periodista y escritora Inma Luna que ya nos sorprendió con dos extraordinarios libros de poesía: “Nada para cenar” y “El círculo de Newton”. 17 microcosmos con la mujer como protagonista, pero no un único modelo de mujer: encontramos mujeres cuyo corazón sufre extraordinarias metamorfosis, mujeres a las que el alma se les va (o se les viene) por las papilas gustativas, mujeres del desierto cuyo aroma sigue flotando sobre la arena incluso después de muertas, mujeres almohadas, mujeres voladoras, mitad mujer, mitad mariposa, mujeres atrapadas en su propio ombligo, mujeres que se encuentran donde los límites del mar y del cielo se difuminan, mujeres que hallan la ternura en una mano llena de sabiduría... Y todo ello narrado de la manera en que sólo los verdaderos contadores saben hacerlo. Un libro que atrapa entre sus páginas desde el primer relato, el que le da título; un placer para los sentidos.

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“Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero”
Ed. Baile del Sol, 2008


Escribir no es fácil. Publicar tampoco, pero no sólo por la dificultad de encontrar algún editor, sino por ti mismo. No es fácil decidirse a publicar un libro con todo lo que se edita, y sobre todo, con lo que hay de bueno (y malo) en cualquier librería o biblioteca, es para desanimarse.
Sin embargo, es muy de agradecer que haya intrépidas (en este caso) que venzan el pudor y se atrevan. Que se crean que tienen cosas que contar y ser leídas.
Nos gusta que nos cuenten historias, buenas historias bien contadas; tarea, ya digo, nada fácil. Nos gusta sentirnos parte del cuento, ponernos en la piel del personaje del cual se nos está contando algo y para eso tenemos que creernos la historia que nos están relatando.
Inmaculada Luna lo consigue en la mayoría de los diecisiete relatos que componen este pequeño libro. Tan sólo, en un par de ellos no acabé de entrar y en toro directamente me salí, de la piel, se entiende.
Los demás, son historias que las vivimos, es decir entramos en la trama. Son cuentos que te atrapan, te entretienen, te sorprenden, te divierten. Algunos relatos te revuelven hasta lo más íntimo porque te crees descubierto (¿es mi historia la que está contando?). Otros nos llevan a la melancolía o a la tristeza de la pérdida. En otros reconocemos nuestros lugares comunes. Otros tienen un final desconcertante y gozoso, por el giro inesperado de los acontecimientos.
Cuando se conoce a un autor (autora) se tienen prejuicios, quizá sea que no acabamos de creernos su capacidad de fabular, quizá sea porque nos parecen, los autores, gente distante, que viven en otro mundo y no están en éste, el nuestro.
Inmaculada vive entre nosotros y ha escrito un buen libro de relatos que, sin duda, merece la pena leer. Sobre todo porque cumplen lo imprescindible, enganchan.

martes, 10 de junio de 2008

Los dedos y los labios me saben a tinta



Disfruté, sí. Era emocionante aunque las condiciones no fueran las mejores -¿quién sabe?, eso nunca se sabe- pero vinieron amigos y family y nos reímos y algún desconocido atraído, sin duda, por la portada, por el título, claro, se acercó y pidió autógrafo. Veía mujeres asintiendo, sonriendo al leer que no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero, que a lo mejor alguna no se había parado a pensarlo.

Pues que gracias, muchas gracias a quienes se pasaron, a quienes tuvieron intención de hacerlo, a quienes se acordaron de mí en esa mañana de feria, a quienes hicieron posible que existiera ese día y el libro y las ganas...

Y ayer, qué bien, qué bien conocer a Roman Simic. Me gustó ese chico, qué listo, qué rápido, qué agudo, qué ganas de leer su "De qué nos enamoramos". Habla con calma e intensidad, calculo que piensa de igual forma, imagino que escribe también así.

La presentación de la Colección DelEste, de Baile del sol, con Roman, con Déborah Vukusic, que sabe atrapar con la voz, los gestos, las palabras, que se conoce tanto como se ignora, que sabe que las verdades están llenas de mentiras y viceversa y ese no es mal principio y hasta se atreve a cambiar los finales para dejarnos ver que nada es irreversible.

Todo fue entrega y se notaba. Ahora han tirado para Galicia, con Anita, con Noemí (que se encarga de los percebes). Envidia me dan, mucha.

Seguid bailando, el público os aplaude.

lunes, 9 de junio de 2008

... Y esta tarde



















Ediciones Baile del Sol se complace en invitarles
a la presentación de su nueva Colección DelEste.
Participarán en el acto el director de la colección,
Sr. Dan Munteanu y traductor de la obra de
George Bacovia; Sra. Diana Cofsinski, directora
adjunta del Instituto Cultural Rumano de Madrid
y los autores Román Simic y Déborah Vukušic.
El acto se celebrará el próximo 9 de junio a las
19.30h en la Sala de Conferencias del Instituto
Cervantes de Madrid (C/ Barquillo, 4).
George Bacovia: 40 Poemas
Roman Simiæ: De qué nos enamoramos
Déborah Vukušiæ: Guerra de identidad

viernes, 6 de junio de 2008

Estoy tan contenta...

Foto de Margarida

Cuánta luz... Sobre los ojos, calentándome la cabeza. Será mediodía? Miro el reloj y ni siquiera son las 7. Vuelvo sobre la almohada que huele anticipadamente a ti. Rebusco el sueño y me acuerdo de una gitana, decía que venía de Corrientes, pensé/soñé que era una de los Lúdar -una mujer morena y sabia-, dijo que tendríamos una larga y feliz vida juntos, al sol. También había soñado que subía la marea de forma repentina y me empapaba de sabores gustosos y fragantes. Escalaba por una vertical y todo eran caminos abonados. Hablaba con voz de tango, Corrientes, 348, segundo piso ascensor... Cuánta luz. Se conectó la radio a las 7:15, me decepcionó que no cantase Gardel.

A mí también me pica la muñeca. Mañana será verano. Está noche se celebra una fiesta.

martes, 3 de junio de 2008

El sábado, día 7 de junio

Firmaré ejemplares de Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero y El círculo de Newton.
Bueno, si lleváis uno de Ruiz Zafón o Ken Follett y queréis que os lo firme, también lo haré encantada.
Y si alguien prefiere que le estampe mi autógrafo en cualquier parte de su anatomía, vale igual.

El caso es que estar en una caseta de la Feria del Libro de Madrid me hace muy feliz y esta felicidad se vería altamente incrementada si os viera por allí.

Y además,
Ana Pérez Cañamares y Deborah Vukusic. Jueves, 5 de 18,30 a 21,30 h.
Matías Escalera y Lucas Rodríguez. Viernes, 6 de 18,30 a 21,30 h.
Verónica García. Martes, 10 de 18,30 a 21,30 h.
Miguel Ángel Alloggio y Nicolás Melini. Miércoles, 11 de 18,30 a 21,30 h.
Mada Alderete Vincent y Zara Gonzalo. Jueves, 12 de 18,30 a 21,30 h.
Roxana Popelka y Ángel Petisme. Viernes, 13 de 18,30 a 21,30 h.
Sergio Arrieta y Eduardo Delgado Montelongo. Sábado, 14 de 11,30 a 14,30 h.

domingo, 1 de junio de 2008

Soluble on the bridge



Vuelvo a casa tarde bajo la lluvia. Resueno. Alguien me llama desde la puerta de un café. Entro y sonrío porque traigo los ojos llenos de gente que pasa y mira y a mí me encanta mirar a los que pasan. Mis piernas han cruzado el puente antes de proponérmelo y se diluyen. Me voy temprano, tengo cosas que hacer. Entro en mi casa y observo la puerta desde dentro, con su mensaje en letras rojas, y creo que cerrarla es un acto lo suficientemente inútil como para replanteárselo. Mañana tengo que sacar más vida a las calles mojadas para que se refresquen mis talones. Me da la sensación de que me falta riego.