Foto de Ángel Muñoz

miércoles, 28 de mayo de 2008

Escaparate


Algunas librerías en las que se puede encontrar mi libro "Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero":
- Librería Punto y Coma (Leganés).
En Madrid,
- Casa del libro
- Hiperión
- Librería de Mujeres
- Traficantes de sueños
- Pubil
- Arrebato libros
- Crisol
- Iberoamericana
- Lavapiés
- La central (Museo Reina Sofía)

Venta por internet:
Además os adelanto que el sábado, día 7 de junio, estaré firmando ejemplares en la Feria del Libro de Madrid, de 11:30 a 14:30 h., en la caseta 348, Maidhisa.

lunes, 26 de mayo de 2008

Fatiga

Vuelvo la cara hacia el nudo. Se extiende frío y fósil en el centro. Madura. Aprende a inflarse y a invadir. Lo miro con fatiga. Busco el cabo. Tiene las puntas suprimidas. Como cuando una puerta se condena. Quisiera poner orden. Que cada cual obtenga lo que se merece.
No sé cómo se hace.

lunes, 19 de mayo de 2008

Mi AMIGO Jesús Márquez tiene un disco, el disco


A Jesús lo conocí en un bar. Hace años de esto. Desde entonces mi viento del sur me abrió tantos caminos que ya nada volvió a ser igual. Nunca se lo agradeceré lo suficiente. Él ni siquiera sabe todo lo que me ha dado.
Jesús es un músico prodigioso. Vive echando cerveza en la guitarra, poniendo música a cualquier verso que se le pase por los ojos. Jesús se merece que lo escuchen, que lo canten a gritos, que se lo coman a besos.
Su disco Jesús Márquez ya está a la venta en el Corte Inglés y FNAC.
Mi poema Hambre es ahora su canción número 7 y os haría felices escuchar ésta y todas. Os estoy hablando de felicidad. De ser feliz a base de música. Es fácil. Ahora es fácil. Sólo hay que comprarlo y escuchar. Vivir escuchándolo.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Home

Le veo comer basura apoyándose en el contenedor. Muchas noches. No se lleva las sobras. Se las come allí mismo, como si se acodara en la barra de un insólito bar al aire libre. Muerde la basura. La saborea mirando fijamente hacia dentro, hacia el lacio y podrido desecho vecinal. Mastica con la boca cerrada, dignamente. La ropa y la barba y la mugre son las de un vagabundo. Pero es un hombre guapo, rarísimamente, es guapo. Con una belleza que no encaja en el cuadro, que desorienta. La escena es tan extraña que casi me apetece pedirle un trozo de cualquier porquería que esté comiendo y dormir a su lado en el cajero.

domingo, 11 de mayo de 2008

Seis mujeres, seis ritmos

No siempre sucede pero, a veces, las diferentes voces se caen simpáticas. Se escuchan las unas a las otras. Las palabras se dan codazos de complicidad, se miran, se huelen, se aspiran satisfechas. No ocurre siempre pero, a veces, por casualidad, las orillas se acercan de verdad y todo encaja. Eramos seis mujeres apoyadas en una barandilla. Seis mujeres tan sólo casualmente. Con cosas diferentes que contar. Con voces que salen de adentros distintos. De pies y brazos y cabezas y cuerpos divergentes. Pero hay relajo en el ambiente y ganas de contar. Las seis que bailan al sol lo hacen con varios ritmos pero la danza resulta armónica.
Yolanda compra el primer ejemplar de Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero. Me dice que no se lo dedique porque si no le gusta lo piensa regalar. Hoy me ha mandado un mail pidiéndome el autógrafo. Je, me ha encantado.
Voy a contaros algo de las poetas que anoche se atrevieron.
De Mada Alderete, hasta ahora, sólo había leído y escuchado los poemas escalofriantes de “La casa de la llave”, ayer la descubrí descarada y brutal tanto en las cosas nuevas como en otras antiguas. Me dejó boquiabierta. Bravo Mada!
A Déborah Vukusic la conocí ayer mismo. Y…, uf, tremenda niña. Acaba de publicar “Guerra de identidad”. Aún no lo he leído pero lo tengo que hacer ya mismo. Después de lo que he escuchado de su boca, no pienso perderla de vista. Es una de esas osadas que no se olvidan.
Silvia Rodríguez había presentado en el Ateneo el viernes por la noche su nuevo poemario “Shatabdi Express”. La estuve escuchando allí y sus versos me parecieron honestos y bien contados. Su pulsión es rica y tiene una mirada interesante sobre el mundo. Sin poses.
Verónica García leyó poemas de “Lapso” y otros inéditos. Tengo que escuchar o leer algo más para poder deciros algo. Me despistó.
Mi querida Ana Pérez Cañamares, como siempre, emocionante y magnífica en su sencillez. Es de esas personas que sólo saben escribir para conmover. Yo cada día le cojo más cariño porque además de buena en lo que hace es la mejor compañera de cañas. Besos guapa!
En fin una noche preciosa, con la emergencia además de más proyectos nuevos y dichosos, con la visita de mi amiga Paloma, que llegó como casi siempre al amén pero a tiempo de tomarnos algo y darnos besitos y abrazos.
Y con mi Tito asomando los ojos por entre los libros de la estantería para verlo todo sin ser visto. Y yo, mientras leo, le hago algunos guiños sin que nadie se entere.






Mada Alderete


Deborah Vukusic

jueves, 8 de mayo de 2008

El sábado, arrebato de orillas



El sábado, 10 de mayo en la Librería Arrebato Libros, C/ La Palma, 21 de Madrid, a las 19.30h acercaremos orillas: Déborah Vukusic, Inma Luna, Mada Alderete, Verónica García, Ana Pérez Cañamares y Silvia Rodríguez.

Todas autoras que bailan al sol. Yo creo que la cosa va a dar que hablar por los madriles. Si podéis..., pues hale a escuchar a las poetastras!

miércoles, 7 de mayo de 2008

Mirando la espiral

Ha aparecido esta reseña sobre mi libro "El círculo de Newton" en el suplemento cultural de La opinión de Tenerife. Es un punto de vista.
Los versos salen de quien los escribe y ahí se nos vuelven ajenos así que la interpretación ya es de los otros, por eso las palabras sobreviven, a fuerza de ser respiradas por diferentes bocas. Esto ya es de agradecer.


LA EXTRAÑEZA COTIDIANA DE VIVIR
M. CINTA MONTAGUT
Este libro de Inmaculada Luna (Madrid 1966) es el segundo de su autora que recibió con su primer libro Nada para cenar el Premio de poesía Villa de Leganés en 2005. Se trata de un poemario fresco, joven, con una voz lírica muy personal en el que destacan dos constantes, dos temas o dos enfoques que se desarrollan a lo largo de todo el libro: la vida cotidiana y el amor.
Tanto en uno y otro tema encontrados un tono de desolación que en muchos casos es extrañeza, una mirada un tanto desencantada, cínica, pero sin llegar a ser amarga. No puede ser de otra manera para quien contempla la vida contemporánea, el mundo lleno de desigualdades, de problemas.
El poemario comienza con unos versos que funcionan como un lema introductorio y que los editores, con gran acierto, reproducen en la contraportada del libro. Los versos dicen:
“Me paso la vida derribando puertas/completamente abiertas”. Hay en ellos una especie de a priori que en un primer momento puede dejarnos perplejos: es como si la autora nos confesara
que no va a encontrar nada en su búsqueda personal a través de la palabra poética. Pero nada más lejos de la realidad, las puertas que pueden entenderse como una metáfora del mundo que antes han explorado otras voces, otros poetas, al estar abiertas ofrecen a la autora la posibilidad de explorar desde su particular punto de vista las realidades cotidianas más nimias, el hielo en la coca-cola, una uña que se rompe, una peli de miedo, para desde ellas ofrecernos un fresco moral de la existencia, muchas veces concebida como una destrucción que no tardará en llegar. En uno
de sus poemas dice: “Una vez que el sistema se haga trizas/veremos qué pedazos aguantan el envite”.
El amor es una realidad física que se aparta totalmente del romanticismo, a veces está vista con distanciamiento, como nadando y guardando la ropa.“Me atrapas/y me enredas en
esa gasa turbia donde el deseo es viable”, dice en uno de sus poemas. No hay entrega sino permanencia del ser individual que comparte.