Foto de Ángel Muñoz

domingo, 22 de julio de 2012

Soy una parias

Aún os escucho mientras sueño espinas de pescado, letras paridas con malformaciones, insensateces.
Escucho con inquietante precisión vuestras miradas al descascarillado de mis uñas, las pieles vegetales colgando de los brazos, el blanco de la mielina que supuro, que he dejado escurrir, pesada y lenta, por la baranda del balcón.
Soy esta nada, ya lo sabéis. La nada ingrávida para todos vosotros, la de los bolsillos más vacíos, la que no trae, la que no os vale, no os sirve, ya.
Recuerdo, mientras me esquináis, cuánto aprendí, qué ilimitado número de historias excitando las membranas plasmáticas, reproduciéndose, convirtiéndose en brillo.
Y la investigación, la búsqueda, sí, me acuerdo de eso, de las noches enteras dentro de las palabras, y me hacía feliz reconocer tanta sabiduría; cuánta emoción en el descubrimiento.
Mientras ahora punzáis mis huesos buscando utilidad no se me olvida el misterio absoluto de crear, alumbrar algo nuevo, algo que antes no era. El milagro de todo concebir.
Recojo el portafolios que habéis tirado al suelo. Soy este hueco que no necesitáis. Venía a hablaros de amor y de poesía, no digáis nada, me he dado cuenta ahora: soy una parias.

domingo, 8 de julio de 2012

Quién se ha llevado mi vía?



Preparo cada día para partir de un cero, de un cero sin conjunto, sin vacío, de un cero con ínfulas de catapulta.
Antes de que los pies toquen el suelo, las pinzas de la ropa me crujen el estómago, dejando marcas en la piel, dando de sí los bordes, urgiéndome al planchado.
Humedezco los labios para poder hablarme, aconsejarme bien sobre la vida y las personas, componerme recetas de autoayuda que me animen los poros, que soplen en los filtros para que entre algo más que densidad.
Planeo maletas, compongo cantos nuevos, tiño los cobertores del sofá, dibujo besos huecos.
Un pie detrás de otro, falseando un camino que sé que, indefectiblemente, se disuelve, que me reta a una exploración para la que me faltan fuerzas.
Y otra vez a mirar en derredor, otra vez a invadirme de preguntas. No soy yo la que asalta los paisajes con la flor en el pelo, o sí soy esa a ratos y, a menudo, me aparezco en un sueño profundo, invalidante, un correr sin llegar, sin tener sitio alguno al que poder hacerlo.
Creo que hay alguien ahí al lado, unas veces lo creo, otras, no tanto.

miércoles, 4 de julio de 2012

Detente y endulcémonos




Se sobreponían las horas y las cargas, de un intenso mate, brumoso.
Cualquier efluvio tiende a la condensación,
tanta discapacidad,
tanto trabajo inútil, perdiendo siempre, luchando contra nada.
Pelando flores como quien busca las razones primarias de la belleza,
sin ver, cegada por cúmulos de lágrimas que se vierten empapando el envés.
Y sé que ahora es tiempo de creación, no de descubrimiento.
No se me olvidan los tactos de la carne,
todo el tocar,
todo el saborear,
frente a estos chorros de la lluvia prosaica, acartonada,
frente a las cosas del comer,
las cosas del querer,
los días de cosecha húmeda y aromática,
los días sin dinero,
las noches abisales y limpias, llamándonos a gritos.
Stop in the name of love,
ahí, la vida.
Detente y endulcémonos.