Ayer, recital en el instituto Beatriz Galindo. Después de mi lectura, el poeta Emilio Porta advierte al alumnado de que la poesía es ANTE TODO UN GÉNERO LITERARIO, que no basta con que transmita emoción, que tiene que estar sujeto a unas reglas y ser LITERATURA.
No sé si lo decía por mí, es probable que hablase en general pero..., como yo acababa de leer, y la que se pica ajos come, y la boca me ha sabido a ajo durante toda la noche porque no he podido digerir ese dogma ni mi torpeza al quedarme callada, en aras de aliviar mi tránsito lírico digo que para mí SÍ, la poesía es EMOCIÓN, es transgresión, es conmoción y es denuncia, es rasgar las cortinas opacas y asomarse a lo otro, hablar desde el estómago y desde el corazón, desde los pies, desde las manos y desde las neuronas, darle vuelta a los ojos hasta mirar en blanco, cerrar los párpados para desentrañar lo negro. La poesía es trascendencia y está viva y se retuerce y explora y sale de sí misma. Es un inmenso interrogante, es una enfermedad, un bicho, un pellizco, una sacudida, un grito y un doloroso desnudo desde la humanidad, desde la búsqueda. La poesía es un modo de vida, un trago inextricable, un golpe, un animal; es una combustión, un canto hecho de bilis, de ironía, de deseo, de instinto; una complicidad, un regalo, una angustia, retortijones y miedos, un vértigo, un verbo resbaloso, grumos y atascos, indecisión sobre las teclas, uñas rotas y rabia, rincones llenos de pelusas, clarividencia.
Cuando leo un poema, cuando escucho un poema, cuando escribo un poema, y vibro, no pienso en géneros ni en clasificaciones, me entrego y me emociono, sé que es poesía porque huele a poesía, porque sabe a poesía porque me hace poesía, porque está viva y no se la comen los gusanos.
No sé si lo decía por mí, es probable que hablase en general pero..., como yo acababa de leer, y la que se pica ajos come, y la boca me ha sabido a ajo durante toda la noche porque no he podido digerir ese dogma ni mi torpeza al quedarme callada, en aras de aliviar mi tránsito lírico digo que para mí SÍ, la poesía es EMOCIÓN, es transgresión, es conmoción y es denuncia, es rasgar las cortinas opacas y asomarse a lo otro, hablar desde el estómago y desde el corazón, desde los pies, desde las manos y desde las neuronas, darle vuelta a los ojos hasta mirar en blanco, cerrar los párpados para desentrañar lo negro. La poesía es trascendencia y está viva y se retuerce y explora y sale de sí misma. Es un inmenso interrogante, es una enfermedad, un bicho, un pellizco, una sacudida, un grito y un doloroso desnudo desde la humanidad, desde la búsqueda. La poesía es un modo de vida, un trago inextricable, un golpe, un animal; es una combustión, un canto hecho de bilis, de ironía, de deseo, de instinto; una complicidad, un regalo, una angustia, retortijones y miedos, un vértigo, un verbo resbaloso, grumos y atascos, indecisión sobre las teclas, uñas rotas y rabia, rincones llenos de pelusas, clarividencia.
Cuando leo un poema, cuando escucho un poema, cuando escribo un poema, y vibro, no pienso en géneros ni en clasificaciones, me entrego y me emociono, sé que es poesía porque huele a poesía, porque sabe a poesía porque me hace poesía, porque está viva y no se la comen los gusanos.