(Albert Lladó, La realidad es otra)
Puedo quedarme mirando.
Puedo.
Sentarme y mirar.
Mirar con ganas.
Puedo
pero nunca
opto
por
eso.
Tengo suerte con la vida porque llega a mi orilla con ímpetu, con un brutal impulso
irremediablemente irresistible.
Lúcida, a pasión, a pura pasión apasionada
a grito limpio.
Me la como.
Bizcocho suculento
musiquita gozosa.
Muerdo. Presiento entre los dientes el sabor acerado de la pólvora
chocando.
2 comentarios:
'el sabor acerado'... Y de pronto siento que se me llena la boca de ese color y me resbala por la garganta el sabor.
Soberbio, Inma
Besos
No sé cómo llegué aquí, pero me quedo.
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