Como en las hagiografrías los santos dan cuenta del momento en el que percibieron la llamada de la divinidad, así me siento últimamente, rodeada de guiños que me van advirtiendo de por dónde tirar. Y digo guiños por ser sutil porque más bien me suenan como mazazos en toda la cabeza, como "hija, Inma, que te lo estamos diciendo, que es por aquí...".
No hace falta que griten, que ya voy, que ya estoy yendo.
1 comentario:
Pues qué suerte y qué alegría, porque yo vuelvo a andar por túneles oscuros, en laberintos intrincados, en bancos de niebla con textura de pegamento en barra...
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