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viernes, 17 de febrero de 2012

A la poesía no se la comen los gusanos

Ayer, recital en el instituto Beatriz Galindo. Después de mi lectura, el poeta Emilio Porta advierte al alumnado de que la poesía es ANTE TODO UN GÉNERO LITERARIO, que no basta con que transmita emoción, que tiene que estar sujeto a unas reglas y ser LITERATURA.
No sé si lo decía por mí, es probable que hablase en general pero..., como yo acababa de leer, y la que se pica ajos come, y la boca me ha sabido a ajo durante toda la noche porque no he podido digerir ese dogma ni mi torpeza al quedarme callada, en aras de aliviar mi tránsito lírico digo que para mí SÍ, la poesía es EMOCIÓN, es transgresión, es conmoción y es denuncia, es rasgar las cortinas opacas y asomarse a lo otro, hablar desde el estómago y desde el corazón, desde los pies, desde las manos y desde las neuronas, darle vuelta a los ojos hasta mirar en blanco, cerrar los párpados para desentrañar lo negro. La poesía es trascendencia y está viva y se retuerce y explora y sale de sí misma. Es un inmenso interrogante, es una enfermedad, un bicho, un pellizco, una sacudida, un grito y un doloroso desnudo desde la humanidad, desde la búsqueda. La poesía es un modo de vida, un trago inextricable, un golpe, un animal; es una combustión, un canto hecho de bilis, de ironía, de deseo, de instinto; una complicidad, un regalo, una angustia, retortijones y miedos, un vértigo, un verbo resbaloso, grumos y atascos, indecisión sobre las teclas, uñas rotas y rabia, rincones llenos de pelusas, clarividencia.
Cuando leo un poema, cuando escucho un poema, cuando escribo un poema, y vibro, no pienso en géneros ni en clasificaciones, me entrego y me emociono, sé que es poesía porque huele a poesía, porque sabe a poesía porque me hace poesía, porque está viva y no se la comen los gusanos.

14 comentarios:

Alejandro Feijóo dijo...

De acuerdo, la poesía es emoción. Pero eso viene dado por el impulso poético, cuando el chispazo eléctrico te empuja al papel en blanco. Más allá de géneros, de reglas y de rimas, no olvides lo que apunta Piglia: además de pasar algo "con" las palabras, tiene que pasar algo "entre" las palabras. Y eso es emoción. Y también reglaje. Vamos, que no hay nada más disciplinado que la libertad.

Inma Luna dijo...

... y entonces es cuando me pregunto: quién(im)pone las reglas?

Alejandro Feijóo dijo...

Tanto si hablamos de emoción como si lo hacemos de (supuestos) estilos, las reglas la pone la memoria. Otra vez Piglia: "Un poeta sin memoria es un oxímoron".

Inma Luna dijo...

la memoria es parte sustancial de la poesía, en eso de acuerdo, pero de ahí a que sirva de pauta...

Pablo Müller dijo...

"ante todo", "no basta" y "tiene que estar" son expresiones que repelen la poética. "Todo", "basta" "estar" fluyen mejor en ella. La poesía es lo suficientemente amplia para que quepan todas las sensibilidades y quién necesita restricciones tal vez deba preguntarse por sus inseguridades.

Gsús Bonilla dijo...

mi querida inma, con la iglesia topaste

Alejandro Feijóo dijo...

Me cuesta entender que el disenso, o ni siquiera, apenas otra opinión, generen esa necesidad de corporativismo, esas apelaciones a "inseguridades" (sic), cuando no el fantasma eclesial. Ok, hablan de poesía, pero vuestra necesidad de tener razón convoca otros "estilos"... Buenas noches y buena suerte.

Inma Luna dijo...

alejofei, no creo que se trate de eso, ni que se refieran a tus opiniones que me parecen interesantes y dignas de reflexión. Entiendo que más bien hablan de la cuestión de fondo sobre si son necesarias reglas o no.

ignorante feliz dijo...

nunca se dijo tanto con tan poca gracia, no entiendo nada, seguiré leyendo a Mafalda que me va mejor, eso me pasa por meterme en sitios de mayores intelectuales.

ignorante feliz dijo...

por cierto, ¿ estáis de acuerdo en lo que decís ? no me queda claro.

ignorante feliz dijo...

ignorante, feliz y educado, por supuesto

gracias

Inma Luna dijo...

Pues es raro, ignorante feliz, porque yo suelo ser muy graciosa.

jb dijo...

Es lo bueno, en mi opinión, de la poesía y quizás de la literatura en general, que es inaprehensible, que siempre queda un paso más allá y sólo es posible aproximársele haciendo poesía, haciendo literatura. Todo lo que se ha escrito más arriba tinene muchísimo sentido y apunta a la clave aunque sólo vagamente. La poesía se tiene unos códigos que la diferencian del lenguaje no literario. A partir de ahí cada poeta crea sus propios códigos, que unas veces son tomados de una tradición y otras contra una tradición. Quizás esté simplificando un poco, pero va por ahí. En la creación poética hay artificio además de emoción, son las dos condiciones indispensables, la emoción la pone la voz del poeta y el artificio las reglas o la ausencia de ellas, lo cual sería ya otra regla. Pero insisto: cuando es poesía algo siempre se escapa, algo queda un paso más allá, la diferencia entre el poema y lo que no lo es y es algo, honestamente, perceptible. ¿No es apasionante?

Inma Luna dijo...

Jb, me parece acertadísima tu reflexión, estoy totalmente de acuerdo. Cuando hablo de emoción, no lo hago como algo restrictivo, por supuesto que me emociona también el ritmo, el juego del lenguaje, esa inaprehensión de la que hablas. La poesía tiene por ello algo de misterioso, algo de trascendente y, efectivamente, eso es lo apasionante.