Las ramblas me ayudaron a hacer el camino que busca las respuestas correctas. Caminé, caminé, caminé. Tanto que tuve que parar en una zapatería y comprarme unas deportivas porque con los tacones no daba para más... Es tan difícil no meterse en los baches, no sacar notas falsas de la música propia.
Bajé hasta la Barceloneta. Hacía una tarde espléndida. La playa estaba llena de escenas para mi cámara, para mi vida. Escenas por las que ya he pasado, momentos en los que me encuentro ahora, cosas que nunca tendré... Me senté un buen rato allí, a mirar a través de las puntas de mis pies lo que pasa en la vida.
Un par de días de peeling mental. De caminar pensando y pensar caminando, de darme gustos y disgustos, que tampoco estoy tan encantada de haberme conocido, que también me enfangué en algunas cosas y hay que verlo de frente para que el resultado te permita avanzar. Si es que descubres a dónde te diriges.
Me perdí un buen rato entre las cerezas enormes y maduras de la Boquería -las cerezas estallan en la boca y se hacen reflejos dulces y rojos, sangre exquisita-, recorrí una a una las calles del Born, dormí en un hotel de lujo y brindé con cava por mí y mis circunstancias.
He vuelto con más ganas de comerme el mundo.
Quizá no todo, quizá sólo algunos bocaítos sabrosos.
La vida, sin embargo, continúa sirviéndome todo tipo de frutas.
11 comentarios:
Te ha quedado redondo. Me ha gustado mucho el final.
Saludos.
Barcelona es una de esas ciudades donde cada vez que llego me siento bien. No se si es el mar, su gente, el húmedo aire, la altitud, pero me sienta bien Barcelona.
Mañana viajo hacia allí.
Saludos
la vida a su manera incansablemente siempre nos sirve de una manera u otra
genial el blog
mucho antes de ver las escenas que había para tu cámara y para tu vida, ya tenía la suerte de que las compartieras conmigo. Aquella noche también brindamos por ti y sobretodo, por tus circunstancias. No sé si esa playa, o las cerezas o, incluso, las zapatillas nuevas pero algo te inspiró ciertas reflexiones, y eso nos unió aún más aquel día a pesar de que estabas tan lejos y en una planta 11. Gracias por compartir el champán y el boufet de desayuno.
Nosotros sí estamos encantados de haberte conocido
la tata
Anda, llévame.
Nunca había estado enganchada a un blog. Todos los dias entró, esperando encotrarme algo nuevo y si no hay nuevo, vuelvo a repasar lo anterior, y vuelvo a leer los comentarios. Siempre me ha gustado leer lo que escribes.... ahora lo hago todos los dias.
Muchos besos.
LUZ.
Pues a bocaitos, pero de frutas.
Un beso fuerte
Rayco, gracias, me alegra encontrar visitas nuevas.
Brisu, espero que te siente tan bien como a mí.
Palabras, la vida nos muestra mucho más de lo que a veces sabemos ver.
La tata, siempre somos capaces de tendernos lazos aún más resistentes y coloridos. Chin-chin!
Coco, anda que...
Luz, no sabes la ilusión que me hace eso.
Besos y gracias a tutiplén.
Libertad, algunas frutas tienen un sabor demasiado ácido...
Tú siempre has podido comerte el mundo, pero justo haces eso, eliges lo mejor, lo digieres y luego nos lo cuentas. Y el mundo ya es otro.
Ay Amelita, qué alegría verte por aquí. Sabes q a mí me encanta cómo lo miras tú, danos más de eso en ninguna parte, anda...
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