Eduardo Boix, en su blog Cuestión de ego, está realizando una serie de entrevistas a gente que escribe. Ha sido tan amable de contar conmigo y hoy publica esto:
ENTREVISTA A INMA LUNA
Eduardo Boix: ¿Por qué y para qué escribe Inma Luna?
Inma Luna: Lo que escribo nace fuera de mí, lo voy percibiendo de manera casi inconsciente y, de repente brota, como una especie de eclosión, en ese momento ya no depende de mí, no tengo más remedio que escribirlo, no es algo que yo decida. Si dejara dentro todo eso supongo que ocurriría algún tipo de catástrofe en mi interior. Además pienso que cada persona tiene un modo de comunicar, sea lo que sea lo que haga en su vida, la escritura es también eso para mí, una forma de comunicación.
E.B.: ¿Cómo descubriste tu vocación?
I.L.: Siempre me recuerdo escribiendo, leyendo y escribiendo. Supongo que son cosas que te descubren a ti más que tú a ellas.
E.B.: ¿Cuales son los escritores u obras que siempre te acompañan? ¿A qué tipo de libros vuelves siempre para releer?
I.L.: Soy ecléctica en las lecturas, leo casi todo lo que pillo, lo que me recomiendan, lo que cae en mis manos… Lo malo es que cuando estoy escribiendo mis lecturas pierden inocencia y busco a los escritores que más me estimulan. Clarice Lispector siempre me conmueve, Roberto Bolaño me impresiona, Marguerite Duras, Kawabata, Nabokov, García Márquez, Anna Gavalda, Bohumil Hrabal, Dante Alighieri…, son también buenas referencias.
E.B.: Cuando empezaste a escribir ¿Tenías en mente modelos literarios de escritores a los que querías imitar?
I.L.: No exactamente. Por supuesto que todas nuestras lecturas dejan poso en la manera de escribir pero no me decidí a publicar hasta que no fui capaz de abandonar de alguna forma los modelos y descubrir mi propia voz.
E.B.: ¿Cual es el género literario que ves más importante?
I.L.: No creo que se pueda hablar de importancia a este respecto. Yo leo mucha novela pero siempre intercalo algo de poesía, últimamente sobre todo de la gente que conozco, y los ensayos me resultan también muy interesantes, especialmente los relacionados con la antropología y la filosofía.
E.B.: ¿Tienes alguna manía a la hora de escribir? ¿Alguna rutina establecida o te basas en la inspiración del momento?
I.L.: No soy nada maniática. Puedo escribir en una libreta, en el ordenador, de día o de noche, en casa, en un avión, donde se tercie. Lo de la inspiración me encanta, sobre todo la sorpresa que me produce cuando llega pero también dedico mucho tiempo a escribir y procuro que no pase ningún día sin parir algo aunque no me guste del todo o necesite retoques, o lo guarde para siempre, o lo borre al día siguiente.
E.B. : ¿Qué piensas de los concursos literarios en el ámbito de la lengua hispana? ¿Son un recurso válido para escritores desconocidos?
I.L.: Claro que son un recurso válido. Yo misma publiqué mi primer libro de poemas “Nada para cenar” gracias a un concurso y eso, entre otras cosas, me dio impulso para continuar con la literatura. Se oye hablar mucho de los concursos amañados pero yo creo que hay certámenes limpios y que pueden ser una vía estupenda para publicar.
E.B.: ¿Cómo es tu proceso de corrección?
I.L.: Eso lo he ido aprendiendo con el tiempo. Tampoco corrijo demasiado, creo que hay que dejar fluir las historias o los poemas, dejarlos reposar y después darles una vuelta pero casi siempre lo primero que sale es lo que de verdad querías contar.
E.B.: ¿Vives la soledad del escritor? ¿Necesitas compartir lo que escribes con alguien? ¿Grupos o tertulias literarias, familiares, amigos...?
I.L.: Hay un tiempo para cada cosa. Escribir es un acto solitario pero he aprendido que compartir lo que se escribe resulta muy placentero, sobre todo cuando percibes la cercanía de los que te leen o te escuchan. Mi primer recital, en los encuentros de Moguer que organiza Antonio Orihuela, fue todo un acontecimiento para mí, me di cuenta de que la gente compartía mis poemas y los hacían suyos, no me imaginaba que pudiera ser así. Después, en todos los sitios donde he leído he podido comprobar que se produce un clima fantástico y la receptividad y el respeto de los que escuchan es muy emocionante. Cuando alguien me dice que lo que yo he escrito lo ha sentido como algo propio es cuando me doy cuenta de que esto merece la pena. Ahora, además, con los blogs, la respuesta de los lectores es prácticamente inmediata y esto supone una ventaja muy grande para los escritores, este feed back es muy importante para mí porque me descubre cosas que no vería de otra manera.
E.B.: ¿Alguna vez te has sentido bloqueada? Si la respuesta es sí ¿Cómo lo has superado?
I.L.: Procuro no pensar en estos términos. Cuando sé lo que quiero contar y no encuentro la forma le doy muchas vueltas, escribo en la cabeza mientras estoy cocinando o pasando el aspirador o nadando, voy buscando las claves que me permitan acercarme a lo que quiero expresar y si no doy con ello paso a otra cosa, si la idea ha de volver, ya volverá, hay que darle su tiempo.
E.B.: ¿Cuál es la frase o párrafo que más te ha dolido suprimir en alguno de tus escritos?
I.L.: No me duele tachar, más bien al contrario. Me gusta la literatura poco redundante así que cuanto más pueda decir con menos palabras, mejor. Si encuentro una imagen concisa que pueda sustituir a una larga descripción, me quedo con eso.
E.B.: ¿Cómo son tus relaciones con los editores? ¿Aceptas sugerencias en cuanto a cambios en el original o las consideras injerencias en tu trabajo?
I.L.: Siempre escucho las sugerencias y las tengo en cuenta pero para mí es fundamental que los cambios propuestos no afecten a la esencia de lo que quiero contar. Las opiniones externas te hacen ver cosas que es difícil apreciar desde dentro y eso es bueno así que lo primero es escuchar y reflexionar acerca de lo que te plantean, a veces estás de acuerdo con los cambios y otras veces te quedas con la primera versión.
E.B.: ¿Qué tipo de público tienes en mente mientras escribes? ¿Crees que hay una diferencia entre la literatura "para mujeres" y la literatura "para hombres"?
I.L.: No sería capaz de escribir pensando en un posible lector…, o lectora. Creo que el proceso es más bien el contrario. Son los lectores quienes se inclinan por cierto tipo de historias. Lo de la literatura para mujeres o para hombres es un invento que yo no me creo. Lo importante es que lo que leas te llegue al corazón. Mi libro de relatos se titula “Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero” pero curiosamente esta frase la pronuncia un personaje masculino. En las historias de este libro tanto los hombres como las mujeres buscan el modo de escapar de ese final, ser machacados. Me gustó mucho que un lector hombre me dijera que alguno de estos cuentos parecía que hablasen de él mismo. Esta misma opinión la recibí también de una mujer.
E.B.: ¿Aceptas la crítica? ¿Cómo te afecta en tu siguiente trabajo?
I.L.: Más que de críticas hablaría de opiniones. Por supuesto que las tengo en cuenta pero intento que no me afecten negativamente a la hora de escribir. Aprecio todo lo que me dicen pero también tengo que ser honesta conmigo misma y con mi forma de hacer literatura, sobre todo para que lo que escribo no se me haga ajeno, para no perder naturalidad.
E.B.: ¿Crees que escribir sirve de valor catártico? ¿Te enseña algo sobre tu propia personalidad?I.L.: Por supuesto. Esa es una de las facultades de la escritura. En mi caso te puedo contar que han ocurrido cosas en mi vida a las que yo no encontraba explicación y releyendo mis poemas me he dado cuenta de que ya estaban ahí sin que las percibiese, sentimientos que me habían salido por los poemas antes de que yo fuese consciente de que existían.
E.B.: ¿Qué se puede conocer de Inma a través de sus historias? ¿Es ella misma o se esconde tras el velo de sus personajes y sus tramas?
I.L.: Supongo que es inevitable dejar algo de nosotros mismos en lo que escribimos. Desde luego en la poesía hay todo de mí, de mi forma de percibir el mundo. La narrativa es otra cosa, ahí es donde exploro otros puntos de vista, en mis relatos aparecen personajes que no tienen nada que ver conmigo pero me excita ponerme en su piel y mirar con sus ojos. No tengo ninguna intención de esconderme en ellos más bien de sumergirme y dejarme llevar.
E.B.: ¿Cuál es tu ambición como escritora? ¿Dónde quieres llegar?
I.L.: Ahora mismo estoy con un montón de proyectos entusiasmantes. Participo en dos antologías de mujeres poetas que saldrán en 2009, “23 pandoras” (Ed. Baile del Sol) y “La manera de recogerse el pelo” (Bartleby Editores), además estoy codirigiendo un cortometraje del que soy guionista y que se podrá ver en marzo, acabo de empezar también las presentaciones de “Las mujeres no tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero”, mientras, me sigo peleando con mi primera novela, así que lo que me gustaría es seguir por ese camino, dedicarme a la literatura tanto como pueda.
E.B.: Y finalmente, ¿Qué consejos darías a un escritor novel con ganas de empezar a publicar?I.L.: Pues que crea en lo que hace y se acerque a aquellas editoriales que están apostando por gente nueva y que están haciendo muy buen trabajo en ese sentido. Mientras llega el momento de publicar, internet es un buen medio para hacerlo, es accesible y estimulante.
Gracias Inma y suerte en este largo viaje de la literatura.
...Y yo le doy las gracias a él por su interés.
2 comentarios:
Sabes? Yo siempre he pensado que el trabajo y la dedicación, llega un momento en que empiezan a dar sus frutos. Y a partir de ahí, se va generando un círculo virtuoso. Te veo metida en él, y me alegro mucho. Tu forma de escribir tiene sin duda una marca muy personal, que a mí me atrapó desde que te leí la primera vez (aunque reconozco que me parecía tan distinto a lo que estaba encontrada, que me costó entender el fondo, la entrelínea...)
Enhorabuena!
Un beso, guapa
Libertad, eres un encanto. Yo también me veo en un círculo, no sé si virtuoso pero sí vertiginoso, siempre llevo el dogmatil a mano, por los mareos. Sabes lo mejor del círculo? La gente que lo conforma.
Besitos siempre agradecidos.
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