Foto de Ángel Muñoz

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Pies a prueba de cuestas


El viaje continúa por este San Francisco que ya huele a era Obama.




Hicimos el recorrido en bici, unos 10 kilómetros hasta Sausalito, cruzando el Golden Gate. Estuvo fantástico, cansado a ratos, con un poco de frío y mucha bruma pero con un magnífico paisaje alrededor.



En Sausalito, después de tomar un capuccino para entrar en calor, dimos un paseo y conocimos a una familia de argentinos que llevan ocho años viajando en su coche. En el camino han tenido tres hijos y esperan el cuarto que, según sus planes, nacerá en Australia. Herman nos estuvo contando que viajan sin un dólar pero que, de alguna manera, siempre salen adelante, que van encontrando en el camino gente que les echa una mano y que les ayuda a continuar persiguiendo su sueño. Les compramos un libro que han escrito con su historia porque también nos encanta soñar y viajar que quizá sea un poco lo mismo.




También hemos estado en la librería City Lights, del poeta Ferlinghetti, lugar de reunión de la beat generation. Ahora dos de mis libros lucen en sus estanterías, por supuesto sin el conocimiento de sus dueños. Shhhh!



Un largísimo paseo nos llevó desde nuestro Motel en Van Ness, con Brodway, hasta Alamo Square, donde se encuentran las famosas casitas victorianas de San Francisco. La guía que tenemos no recomienda hacer ese recorrido a pie porque parece que el barrio es un poquito chungo. Resultó un tanto solitario pero nada más allá.


De allí al barrio hippie de Haight, que me hizo pensar que el flower power está en franca decadencia, luego otros cinco kilómetros a través del parque Golden Gate, que nos hicieron llegar justo a tiempo al magnífico espectáculo de la puesta de sol sobre el Pacífico en Ocean Beach. Grandioso.


Esta mañana un barco nos llevó hasta la isla de Alcatraz pero esa es otra historia.


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