Soy un cuerpo: carne, sangre y huesos
amasados con enérgica soberbia.
A una distancia prudencial
soy un paisaje
sobre el que descansan ilusionados,
optimistas huesos,
vaporosa sangre, mullida carne,
acariciada por una mano que busca
para alimentarse
algo de sangre, algunos huesos, algo de carne.
Un cuerpo que no calma la sed.
De Itinerarios, de Tomás Rivero
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