Contra viento y marea, ese fue el lema no pronunciado. Teníamos planeado el fin de semana en Galicia hace tiempo. Viernes por la tarde en el aeropuerto. Sí, habíamos leído los periódicos. Sí, conocíamos las previsiones pero..., teníamos el fin de semana planeado y teníamos las ganas. Vale, el avión sale casi puntual. Bien, el viaje es breve, poquito más de una hora. El altavoz informa: dentro de unos minutos tomaremos tierra en el aeropuerto de Vigo, abróchense los cinturones, blablabla... Estupendo, poco más de las cinco de la tarde y ya estábamos llegando. El avión inicia el descenso, el avión se trastabilla, parece que estornuda y zumba!!, sube otra vez muy por encima de las nubes. Se escucha algún gritito sofocado y seguimos tomando altura. El comandante: hemos intentado aterrizar en el aeropuerto de Vigo pero debido a las malas condiciones climatológicas no hemos podido efectuar el aterrizaje, como en Santiago la cosa está poco más o menos (interpretación libre) nos vamos pa Madrí (interpretación aún más libre). Y..., media vuelta para casita. Y ahora qué hacemos??? Adiós percebes??? Ja!
A la llegada a Barajas, Iberia propone un autobús. La cosa es que hasta que salen las maletas, llega el autobús, acomoda a los pasajeros y salimos, el tiempo pasa inmisericorde. La cosa es, además, que tenemos un coche alquilado en Vigo para ir a Cambados y que el aeropuerto de Vigo y la oficina de alquiler cierra a las 11 de la noche y el autobús llegará a Vigo cerca de las 3 de la madrugada. Entonces, adiós percebes??? Ja!
Idea: y si alquilamos el coche en Madrid y nos vamos directamente? Los de Europcar son buenos y nos hacen el change así que... Allá vamos. Además tenemos suerte, no quedan coches de nuestra categoría y nos dan uno mejor. Y menos mal. Las noticias en la radio son cada vez más lúgubres pero, no amigos, no nos arredramos. Vamos derechitos hacia la ciclogénesis explosiva, hacia la tormenta perfecta.
Yo iba pensado, qué impulso nos guía para meternos en la boca del lobo? Por qué ningún miembro de esta pareja tiene la sensatez suficiente para abortar el finde, volver a casita y taparse con la manta en el sofá? Él no tenía tiempo de pensar más que en esquivar las ramas caídas en la carretera, sujetar el volante para que el coche no levantase el vuelo y darle caña al limpia cuando venían torrentes de agua contra nosotros.
Paramos en mitad de alguna parte y cenamos carne y carne en un mesón donde al pedir la cuenta nos apuntaron la cifra en el mantel.
Sobre las 2 de la mañana llegamos a Cambados. El viento se había calmado un poco y había vuelto la luz. Dormimos hasta que se pasó la hora del desayuno. El sábado, nuestro esfuerzo sería compensado. Os lo cuento después.
3 comentarios:
Por qué no escribís un libro titulado "Los viajes de Tito y la Luna". Para mí que se vendería como rosquillas...;-)
Inés
Pd- "En la luna de Tito" también me mola como título.
Me muevo constantemente entre Vigo y Coruña, tengo un buen coche y estoy acostumbrado al "temporal".
Ese viernes a las 8:30 salía de Coruña hacia Vigo. Di la vuelta y me metí en un Hotel en el que por supuesto se fue la luz, volaron macetas y se destrozó el jardín.
Día siguiente, no pude llegar a un apartamento que tengo alquilado a unos 20 km de Coruña. Mi coche todavía no sabe atravesar árboles.
Vuelta MUY despacio a Vigo. Puente de Rande circulando a 40... y dando bandazos....
Resumiendo chicos... no habéis escogido el mejor fin de semana para venir a comer percebes... pero desde luego... dios os conserve el VALOR.
Suerte para la próxima vez.. si todavía tenéis ganas :P
no sé si París bien vale una misa, pero sí sé que unos buenos percebes y unas centollas gallegas sí valen un par de tormentas perfectas!
Salud!
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