Juanita, la alfarera, toma café con cocacola, enciende un cigarrillo tras de otro y mira alrededor con la curiosidad del gato. Tiene el sentido del humor colocado en el centro de la frente y así va bandeando las señales chunguérrimas. Nació en España, en otra vida, y va buscando por el camino de Santiago las glosas de Gonzalo de Berceo. Por un euro consigue quedarse limpia de pecados y vuelve a Zadar y se casa con su novio sin avisar a nadie pero con una damita de honor vestida de princesa. Juanita está escribiendo su tesis doctoral sobre palabras españolas malsonantes y ha recabado un buen listado, por cierto que le debo unos cuantos sinónimos de coño, todo sea por la causa lingüística. Tengo que agradecerle los ratos de cháchara, los escenarios, el remedio diurético, las emociones, esa coreografía tan hortera, todas las atenciones, sus descripciones sociológicas, las entrevistas, todas las risas…, la suerte de saber que en Croacia vive mi amiga la alfarera que me llama cuentista.
8 comentarios:
Muy bueno el retrato de la señora Juana Alfarera.
Un placer conoceros a ti y a Tito. Un abrazo. Basilio.
Doy fe, como diría un notario.
Basilio, qué guay encontrarte por aquí... Besitos.
Bueno, Ana, ésta es de la nuestras, je.
Que bonita e acertada maneira de describila!! Pasarei por esta cociña a tomar unha infusión ou a cear de cando en vez, pareceme un lugar moi acolledor para facer unha paradiña.
BICOS RO
Siempre que quieras, Ro. La gente como tú alegra mi cocina.
Esa forma tuya de retratarnos...que me gusta
Besos
¡Elegante, sí señora!
Graaacias, Xandru, qué bonito adjetivo. Besos.
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