Foto de Ángel Muñoz

domingo, 14 de marzo de 2010

Lila


Lila nos trajo luz y sandunga. Tuvo la fuerza catártica que necesitábamos. Levantó a mi madre de la silla. Hizo que hubiese merecido la pena. Nos emocionó, nos divirtió y le agradecimos cada nota de su voz irreverente y caótica. Convocó a Chavela, a Frida, a la india Mara. Lila Downs nos arañó en el pecho y nos dejó la marca. Mi madre se acordaba todo el rato de mi padre, de lo que le hubiese gustado verla. Le compramos un cd. Ojalá la hubiésemos podido invitar a cenar en su casa, para que hubiese probado su bizcocho. Mi padre ha pasado hoy un mejor día, está contento porque ha podido lavarse y afeitarse sin fatiga. Mi madre tarareaba Agua de rosas mientras le cocinaba un asado sorpresa.

Eres... vara de Romero
madre del deseo
que el rio cantó
Eres....suripanta del pueblo
la mujer que mas quiero
que me da de beber
Agua de Rosas
dame de beber
Ay... Ay...
Que esta tristeza
acabe de una vez...
Ay...Ay...

7 comentarios:

libertad dijo...

:) Me alegro. Besitos

gemaluna dijo...

Sutil y delicada cada palabra que escribes. De cerca vivo las cosas contigo pero cuando las leo de lejos me unen más a ti. Yo también habría ido a cenar el asado de mamá y el bizcocho de papá mientras ella nos cantaba alguna estrofa y tú ponías la magia sobre el mantel.
Gracias por compartir
la tata

nuria ruiz de viñaspre dijo...

a lila se la adora.... para mí tiene la misma fortaleza que la recién desaparecida lhasa de sela

nuria ruiz de viñaspre dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=LVxulwlZcIk&feature=player_embedded#

escúchala

Kosmonauta del azulejo dijo...

Uy Lila es maravillosa... ess fuerza azteca que tiene levanta a los muertos... Tezcatiploca! Y mira que en México les rinden culto y toda la mar en coche. A Lily, como a Fridda, habría que levantarle un monumento...
Besos

Estelle Talavera Baudet dijo...

Tuve la suerte de ver a Lila en el Sziget de Budapest hace unos 6 años. La guinda fue encontrármela bailando delante durante el siguiente concierto, el de Kusturica. Le toqué el hombro, se giró, y le dije que era lo más grande. Me dio un abrazo cariñoso, soltó esa inmensa sonrisa que tiene, intercambiamos algunas palabras (que he olvidado) y seguimos bailando. Qué gran mujer y cómo te mueve el corazón cuando canta el "llorona"... de Chavela.

Estelle Talavera Baudet dijo...

Me ha gustado tu texto... hay ausencias que pican y mucho... Gracias.