Piug! Piug! Fiuuuuuuuuuuuuuuu! Soy rápida con la vista. Las veo pasar. Piug! Piug! Fiuuuuuuuuuuuuuuuu! Silban cuando me rozan las orejas al esquivarlas. Las balas no aciertan en estos días. Y no huyo. Simplemente me muevo, para atusarme el pelo, para subir una persiana, darme brillo de labios, escribir un poema, hacer deberes, un tataki de atún, ver una peli, enderezar las medias, tomar un té, llamarte por teléfono, reírme con mi hija, echar colonia de lavanda en la almohada de mi padre, leer a Sharon Olds toda la tarde, y a Eavan Boland y a Nicanor Parra, y a Karmelo Iribarren y... a Efraín Huerta que me regala el aforismo perfecto para este instante, para cualquier instante: Soy/la mujer/más/feliz/de mi vida.
Que nadie se moleste en grafitearme el espíritu de mala manera, que esta vez no.
1 comentario:
por supuesto vecina y que nadie lo dude
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