En el último trimestre del año diez de esta rara década a la que hemos dado carpetazo hice un intento. Apagué los motores. Hubo silencio. Me deslicé por su curva. Con toda la voluntad en equilibrio disolví pesadillas y obtuve calma chicha. Me sentó bien, como un baño templado, como una caricia en las meninges. Perdí en el vuelo a vela algo de intensidad, el color de mi falda se fue difuminado.
Ahora los mordiscos en el pecho, la frialdad en la punta de los dedos, tienden a provocarme.
Puede que sea inútil crear desde el sosiego. La inquietud es fructífera.
2 comentarios:
Es cierto que la inquietud es fructífera. Y parar es morir de alguna manera. Y no veas lo que cuesta luego resucitar, después de morir tantas veces.
Besos y fructífera década, Inma!
Supongo...o podrían ser las inquietud-es, que es como me gusta traducir "trouble-in-mind" o "travelling-mind" que suena casi igual, y le da otro matíz...
También besos, y que tu travelling-mind te traiga un fructífero año y una fructífera década.
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