Ir al extremo es siempre volver. Poner el pie en la calle es inundarte del blancor. Y ya no hay que hacer nada, sólo dejarse llevar por las voces, por los patios, la luz y los poemas, la música y la risa, la cerveza y los besos, y el mar, por fin el mar.
Sentir que todo puede ser distinto, que todo puede ser mejor.
Todo el mundo agradece a Antonio Orihuela su invitación a Voces del Extremo, yo le agradezco cosas que ni siquiera se pueden escribir.
1 comentario:
Gracias Inma, pocas personas como tú encarnan tan bien el espíritu de estas voces que se juntan en moguer...
Publicar un comentario