Nancy, amiga y profesora, cuyas ideas siempre me ayudan a replantearme las mías, me envía esta carta que han firmado un grupo de antropólogos y con la que, por supuesto, comulgo.
Somos un grupo de antropólogos, de diferentes tendencias políticas, que ejercemos aquí en España. Los temas de la “cultura”, de la inmigración y de la convivencia entre grupos humanos son temas que caen plenamente dentro de la teoría y la práctica de la antropología, por lo cual estamos especialmente cualificados para dar una opinión experta en estas áreas.
Queremos expresar nuestro más enérgico rechazo a la propuesta del Sr. Rajoy de exigir a las personas que inmigran a España la firma de un contrato que, según entendemos, tiene tres aspectos principales: el compromiso de respetar las leyes y la Constitución de España, el compromiso de aprender español y el compromiso de respetar las costumbres españolas. Nuestras razones son las siguientes.
Primero, con el mero hecho de estar aquí, toda persona que reside en España –tanto si tiene la nacionalidad española como si no- tiene la obligación de respetar la Constitución y las leyes.
Segundo, como todos sabemos por experiencia propia, los idiomas se aprenden cuando uno tiene necesidad de ello. La amplia experiencia de las migraciones a nivel mundial enseña que, aunque la primera generación no siempre logre una plena competencia lingüística en la lengua del país de acogida, la segunda generación, escolarizada en el idioma del país, sí lo logra sin problema. La manera de conseguir la integración lingüística de las personas inmigradas es mediante el apoyo del Estado, con la oferta de clases sin coste en centros municipales, en horarios factibles para las personas trabajadoras, no mediante un “contrato”.
Tercero, y éste es el punto del que mayor conocimiento tenemos, la cultura (que incluye las costumbres) no es un todo homogéneo compartido por los ciudadanos de un país. No existe cultura nacional, ni cultura europea, que se pueda definir con un cierto número de elementos básicos con los cuales todas las personas están de acuerdo. Las pocas normas y los pocos “valores” considerados imprescindibles para el funcionamiento del país están plasmados en la Constitución y en las leyes (la democracia como forma de gobierno, la responsabilidad civil, la igualdad de las personas ante la ley...).
Todo lo demás son prácticas, que pueden ser más o menos extendidas o limitadas a unos grupos u otros. No hay más que darse un paseo por la geografía española para darse cuenta de ello. Además, las costumbres y la cultura no son fijas; sólo hay que pensar en las costumbres de hace cincuenta años para ver lo cambiantes que pueden ser. La imposibilidad de definir un acervo común de costumbres “españolas” saltará a la vista en cuanto se intente poner en práctica.
Finalmente, la meta a alcanzar en el mundo de hoy es una convivencia buena y enriquecedora. La falta de claridad en la definición del “problema” a resolver y la propuesta para resolverla, con un planteamiento simplista, incorrecto e insuficiente, tiene el efecto de fomentar una xenofobia siempre latente que sólo puede dañar a todos, ciudadanos españoles y personas inmigradas por igual.
FIRMADO: Honorio Velasco Maíllo, Fernando Monge, Margarita del Olmo, Nancy Konvalinka, Traude Müllauer-Seichter, Sara Sama Acedo, Asunción Merino Hernando, Paz Moreno Feliu
Ubaldo Martínez Veiga, Ángel Díaz de Rada, Elena Hernández Corrochano, Alfredo Francesch Díaz.
6 comentarios:
Al escuchar esta propuesta planteada por el señor Rajoy pensé en personas a las que, seguramente, este tipo de medidas afectaría de manera brutal.
Me imaginé una Mallorca y Menorca llena de restaurantes obligados a poner la carta en Español. Pensé en ancianitos simpáticos y millonarios asistiendo a clases urgentes de castellano para poder cumplir las premisas que el carismático líder popular anunció. Imaginé a toda esa gente haciendo esfuerzos para sentarse juntos a la mesa pasadas las 3 de la tarde, que es la hora en la que los españoles de buena fe comemos, e imaginé como estos señores tendrían que estar sentados prolongando su sobremesa durante mas de dos, para ellos, largas horas de desidia e improductividad, solo por que debían acostumbrarse a nuestro modo de vida.
Luego caí en la cuenta de que al señor Rajoy no le molestan los inmigrantes sino los pobres.
Respiré.
te pegas 2 horas improductivas todos los días? Así va el país.
D.P.
Suscribo totalmente esa carta. Me pregunto muchas veces qué será lo que circula por las venas de alguna gente. Sé de qué viven muchos políticos/as, lo que nunca sabré (y creo que ahí está el meollo de la cuestión) es cómo han vivido, qué le enseñaron de niños, con quién y a qué jugaban, cuánto cariño recibieron y de quién, si alguien les mostró en algún momento que en la vida de un día para otro todo puede cambiar. Algunos/as me dan auténtico miedo porque creo que no tienen venas.
no busques tan profundo, es un papel. No hace falta ser poeta para ser persona.
D.P
querido D.P., para delicia de los lectores de este blog, sería de agradecer que alguna vez hicieras algún comentario acerca de lo que escribe Inmaluna y no sólo te dejaras ver para hacer críticas sobre lo que comentamos los demás.
todo esto sin acritud, claro.
la tata
es dificil decir algo sobre esto sin encasillarte....
me gustaria un pais abierto en el que todo el mundo pudiera aportar lo que es y lo que lleva en su mochila, porque eso nos enriqueceria a todos.....
me gustaria aprender de quien ha vivido otras cosas que no han sido las que yo vivi....
pero leo la prensa y la mayoria de las penosas noticias, delitos, o como quieras llamarlo estan protagonizados por inmigrantes....
la violencia de genero se cobra vidas y son, tanto actores como victimas, emigrantes....
¿Qué forma existe de coger lo bueno y pasar de lo malo?
Quiero a esa gente conmigo, y a la vez, me gustaria que entendieran que viven en sociedad y no pueden dar gritos de fiesta hasta las tantas en un dia de diario....
¿Alguien me dice como se conjuga todo esto?
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