A Jesús lo conocí en un bar. Hace años de esto. Desde entonces mi viento del sur me abrió tantos caminos que ya nada volvió a ser igual. Nunca se lo agradeceré lo suficiente. Él ni siquiera sabe todo lo que me ha dado.
Jesús es un músico prodigioso. Vive echando cerveza en la guitarra, poniendo música a cualquier verso que se le pase por los ojos. Jesús se merece que lo escuchen, que lo canten a gritos, que se lo coman a besos.
Su disco Jesús Márquez ya está a la venta en el Corte Inglés y FNAC.
Mi poema Hambre es ahora su canción número 7 y os haría felices escuchar ésta y todas. Os estoy hablando de felicidad. De ser feliz a base de música. Es fácil. Ahora es fácil. Sólo hay que comprarlo y escuchar. Vivir escuchándolo.
3 comentarios:
y tu poema es genialicioso
besos luna
también pones palabras a la música...,oju! Habrá que escucharlo porque seguro merece la pena.
Un beso
Más bien, pondrá el otro música a sus palabras...
D.P.
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