Foto de Ángel Muñoz

martes, 22 de julio de 2008

Objetivos



No me rechinan los dientes

no sé ladrar.

No sé.

Cuando más me lo espero

aprendo un nuevo ritmo de la respiración.

Me agota el balanceo de la inestable plataforma.

Nado.

Respiro.

Nado.

Floto.

Alcanzo la orilla.

Ni siquiera pretendo salvarme.

Sólo quiero seguir jugando con la arena.

2 comentarios:

Ego dijo...

Quizás no pretender salvarse sea el truco más acertado para salvarse del todo.
Los acantilados no saben mentir.
Un (b)eso...

Inma Luna dijo...

Seguro que el deseo de jugar también nos ayuda. Besos.