Foto de Ángel Muñoz

sábado, 31 de enero de 2009

Viento y marea? Gastropost (y segunda parte)



El sábado amaneció abierto al paseo. Caían algunas gotas y rayos de sol sobre la ría. Llegamos hasta el islote verde y respiramos aire de algas y conchas vaciadas, restos de mar.


Teníamos previsto tomar algo ligero para cenar con más detenimiento pero entramos en el lugar equivocado.

El restaurante, en la misma ribera de la ría, se llamaba Posta do sol y la dueña nos recibió acomodándonos frente a la chimenea. A partir de ahí, nuestras almas sensibles y hedonistas no se pudieron resistir y..., nos entregamos.

Empezamos por una ración de camarones, rojos y frescos, que chupamos hasta dejarlos sin color. Después una docena de ostras que no se pueden comparar con nada así que haced uso de la imaginación. Y, por fin, una centolla que pesaba casi dos kilos y que nos llevó al éxtasis. Ese sabor es definitivamente inmenso.

La señora nos contó que había comprado poco marisco porque no había mucha clientela en esos días, que compraba un par de centollas, las cocía y que ésta aún estaba algo templada. Si se acababan iba a por más. Poco pero bueno decía la mujer y yo añadiría que extraodinario, que una magnífica experiencia.
Así que con esa comida, decidimos aplazar la cena y convertirla en comida del domingo. Esa la llevábamos prevista, era en el restaurante Yayo Daporta, que tiene una estrella Michelín.
Pero antes de eso, nos enteramos de otra cosita. Como no recordábamos a qué hora salía el avión para Madrid y en el parador no había internet (?), llamé a mi hermana para que lo mirase en el correo. Mi hermana busca la reserva y me dice: una que hay para el 25 de febrero??? Nooooo, para el 25 de enero!!! Pues noooooo, es para el 25 de febrero. Joder, joder, joder..., ya nos vale. Llamadas al 807, al 80lamadrequelosparió, y nada, que no se pueden cambiar los billetes así que nos tocó comprar otros para la vuelta. En fin..., que todo se puede liar un poco más.
Mientras tanto, mi padre se vuelve a poner pachucho y me avisan de que está otra vez en el hospital (ahora ya se encuentra mucho mejor). Así que, entre unas cosas y otras, la comida en el Yayo Daporta, que tanta ilusión me hacía, fue perdiendo sabor.

Comimos solos y, aunque el menú prometía, no fue de los que te hacen saltar de alegría en la silla (tampoco yo tenía el espíritu gastronómico muy predispuesto, esa es la verdad).

Tienen un menú a la carta que se compone de dos primeros y un segundo por persona, además de postre.
Esto es lo que comimos:

TERRINA DE FOIE-GRAS, QUESO DE ARZÚA Y CALABAZA CARAMELIZADA: Creo que fue lo que más me gustó de toda la comida. Especialmente el que llevaba un ravioli de carne de membrillo relleno de queso crema. Una verdadera delicia, suave y melosa.



POCHAS CON COCOCHAS AL PIL-PIL: Las pochas estaban un pelín duras, correctas las cocochas.

MEJILLONES EN TEMPURA SOBRE CRUJIENTE DE ARROZ Y ALGAS CON ESPUMA DE SU COCCIÓN: Este plato no me gustó mucho. El mejillón en tempura estaba un pelín grasiento de la fritura. Las algas no estaban mal pero al plato, en su conjunto, le faltaba sabor.


OSTRAS SOBRE ROYAL CARAMELIZADA DE COLIFLOR Y MARACUYÁ Y VINAGRETA DE ZANAHORIA: Después de haber probado las ostras del día anterior, está claro que el marisco gana cuanto menos se manipula. En este caso, menos es más.


No recuerdo el nombre del pescado que pedimos de segundo. Estaba muy fresco y era de sabor fino pero gustoso. El crujiente de calamar que lo acompañaba también muy rico.

CANELONES DE PULPO RELLENOS DE SU ARROZ CREMOSO: Pues no estaba mal. Lo que pasa es que el pulpo, al estar preparado en láminas tan finas, pierde un poco la gracia de su textura. Sin embargo el risotto estaba muy bien hecho.


INFUSIÓN DE FRUTOS ROJOS CON HELADO DE QUESO FRESCO: Un buen postre, combinado con helado de queso fresco. Buen gusto de las frutas que no parecían congeladas.

MOUSSE HELADA DE QUESO DE TETILLA, ESPUMA DE MEMBRILLO Y REDUCCIÓN DE PEDRO XIMENEZ: La reducción era de café en esta ocasión. Soy una fan de los postres con queso y éste resultó verdaderamente sublime (algún día tengo que hablar de los postres que prepara Berto en Casa Pepe, en Bajamar).
Después de toda esta ronda de sabores me quedo, sin duda alguna, con el recuerdo de la centolla magnífica que permanece indeleble en mis papilas gustativas.

10 comentarios:

Gildo Kaldorana dijo...

Desde luego, hay dos vidas, una buena y una mala, la buena es un poco más cara.
Salud.

Anónimo dijo...

Sin duda, yo me quedo con la centolla también. Qué pinta!!!!Besos.Luz.

libertad dijo...

oju, qué platos!!...pa cuando los pueda comerrrr
Besos,guapa

Brisuón Çafrén dijo...

Lo suyo no tiene perdón de Dios.

Que hambre. (y eso que acabo de cenar)

Anónimo dijo...

¿Tratas de dar envidia?
O sólo nos muestras tu gula...
Yo me quedo con tu soberbia, que es la marca de la casa.

D.P. (sin ira)

Anónimo dijo...

D.P: ¿Volviendo a las andadas? ¡Te echaba de menos con tus divertidos comentarios! Bueno, me encanta tu sicología y lo bien que conoces a Inma Luna..

Said (sin ironia majo)

Anónimo dijo...

Por cierto Inma..La proxima vez a ver si te llevas a tu hija =D (Cuidado DP puede ser una trampa=D=D)

Anónimo dijo...

Veo que tu también vuelves con tu vocabulario "sicológico"...

Por cierto, la ironía no es un pecado capital.

D.P.

Anónimo dijo...

Queridídisimo D.P! Según la RAE la palabra ''psicología'' puede escribirse ''sicología'' así que no seas tan listo. =D.
No me refería a la ironía como pecado capital, simplemente estaba escribiendo irónicamente y era por si acaso tu extenso vocabulario no esta compensado con tu comprensión lectora...

Said

P.D. Además, cada uno peca como le de la gana. =D

Anónimo dijo...

Quién te lo ha dictado? Está demasiado bien redactado y oh!
No has cometido faltas...
Por cierto, =D

igual D?
Eso está en la RAE?
No lo encuentro