Foto de Ángel Muñoz

jueves, 26 de marzo de 2009

Marcher
















Caminar enseña. Observar. Detenerse en la esquina y mirar a los lados es mirarse hacia adentro de algún modo. La última vez que estuve en París era marzo, hacía frío y yo era yo pero no tanto. Esta vez algunas cosas eran iguales. También hacía frío. Me gustaría pensar que he podido absorber parte de la belleza, parte de la amplitud, la luz, el lustre, lo asombroso, el arte y la bohemia. Ahora sólo preciso un espacio de calma para contarlo.

5 comentarios:

Leo Zelada dijo...

Muy bien. Buen post.

libertad dijo...

Pues que llegue ese espacio de calma, y brotará la luz...y la bohemia, y todo lo demás.
Un beso fuerte

Brisuón Çafrén dijo...

La chica de las postales, ¿llevaba grabado "Parisina" en la frente?

Inma Luna dijo...

Merci, Leo.
Busco el momento, Libertad, besos para ti. Mejorcita, no?
Verdad que sí, Brisuón, parece una extra. Muas!

DEBORAH VUKUSIC dijo...

la verdad es que a mí tb me ha llamado la atención la niña rubita de las postales... pensé lo mismo. que tendría en algún lugar una etiqueta made in france o souvenir de paris...

y sí, parece que a veces se repiten las cosas. como un déjà vu... que no es más que una mente cansada... un fallo del cerebro, no sé si un error de sinapsis. parece que se repiten las cosas y cuando no es un déjà vu, tengo la sensación de ver círculos que se abren y se cierran. fases vitales que se completan. momento de retroceso y avance.

imagino por tus fotos, un parís muy diferente al de hace 10 años. y después de leer tu post, me apetece incluso viajar más atrás y ver les amants du pont neuf...

abrazos, pez verde!