Lo aireo. Lo expongo.
No me doy cuenta de que, a veces, no todo está tan limpio como me gustaría.
Intento responder a todas las solicitudes, esfuerzo inútil, imposible llegar.
Me doblo y me encajono, finalmente, en medio del desorden.
Ni sé mantener el gesto duro cuando es imprescindible ni hacerme dulzor cuando toca.
Me autodiagnostico un grave esguince de carácter.
3 comentarios:
Me voy una semana, y no paras de traernos palabras inspiradoras. Un beso!
Cierto. A veces solemos revelarnos en un airear.
Saludos...
revelador y cierto.
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