Foto de Ángel Muñoz

miércoles, 19 de octubre de 2011

Las formas del adiós



Él decidió por ella que se darían otra oportunidad. Ella reprimía las náuseas mientras introducía en el lavavajillas los cacharros mohosos, buscando sitio a una cazuela que era incapaz de encontrar acomodo. Escuchaba las risas de él, viendo la tele con los niños, en el salón. Tampoco había espacio para los vasos secos del colacao. Le llamó a la cocina, es imposible, le dijo, y sintió el repelús cuando él acarició su brazo, me lo habías prometido. Lo sé pero no puedo, tengo que irme ya. De todas formas, admitió él con una mueca biliar, hasta los niños están de acuerdo en que te has puesto gorda.

2 comentarios:

@carrascosita dijo...

Me ha gustado mucho. Te seguiré de cerca.

Anónimo dijo...

Caray, estás hecha toda una poeta veinticinco horas al día. Tu poesía y tu blog entran dentro de lo extraordinario. Respiras poesía y llegará el día en que serás reconocida como la mejor voz poética de España. ¡Qué inteligencia, qué musicalidad, qué manera de combinar los elementos cotidianos con ese lenguaje tan rico y esas imágenes tan llenas de sugerencias!
Permíteme una pregunta: en esa foto, ¿qué llevas en la cabeza? ¡Te queda de fábula, Poeta!