Asomada a la baranda, con el sol benévolo dando tregua, veo pasear a hombres y a mujeres, les veo besarse, cogerse de la mano, jugar con sus hijos en la arena, enseñarles el color del mar, el olor que traen las olas y, por un instante, todo parece tan sencillo..., como si vivir tan sólo consistiese en amarnos y enseñarnos lo hermoso que puede ser el mundo.
4 comentarios:
Hasta resulta tentador llegar a creerlo. Aunque normalmente acaba por volver la marea y nos deja incluso más solos que antes...
Las tardes de domingo con su
tristeza en ocasiones nos llevan
al delirio.
Así es, así es.
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