En actitud profesional le dije:
- Me alegro de que te parezca que el proyecto tiene sentido.
-Las cosas no tienen que tener sentido -respondió-, a mí los proyectos tienen que divertirme, hacerme aprender y ponerme en contacto con gente interesante.
Me recordó así la necesidad de no perder de vista el disfrute.
¿Quién me tarareaba el otro día a Silvio: ...la ciudad se derrumba y yo cantando?
Tal vez no deje de ser preciso, pararse para el juego, para saber si aún sabemos jugar a algo. Si no, es posible que, a pesar de todo, no merezca la pena tanto esfuerzo.
Y ya, ya sé qué es lo que pasa, pasa tanto para alejarnos de la risa.
Nos van dejando tantas deudas de alegría...
- Me alegro de que te parezca que el proyecto tiene sentido.
-Las cosas no tienen que tener sentido -respondió-, a mí los proyectos tienen que divertirme, hacerme aprender y ponerme en contacto con gente interesante.
Me recordó así la necesidad de no perder de vista el disfrute.
¿Quién me tarareaba el otro día a Silvio: ...la ciudad se derrumba y yo cantando?
Tal vez no deje de ser preciso, pararse para el juego, para saber si aún sabemos jugar a algo. Si no, es posible que, a pesar de todo, no merezca la pena tanto esfuerzo.
Y ya, ya sé qué es lo que pasa, pasa tanto para alejarnos de la risa.
Nos van dejando tantas deudas de alegría...
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