Foto de Ángel Muñoz

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Calderos de pura agua


El estómago es el culpable. Se revuelve, se traga las intenciones y mete sus patas de víscera en el barro. Hace que se me olvide lo aprendido y baja las persianas. Cuando me deja esquelética, sólo entonces, parece que se tranquiliza. Mentira. Así no se juega. Elegí calma, ternura, firme ternura, lo elegí.

En su poema 40 dice Gsús Bonilla

para la brutalidad del sol
que nos quemaba el plumón

calderos de pura agua


Plumón -pulmón- estómago. Quiero corazón, esta vez, un corazón desdisgustado, templado, alegre, que afine, que atine, que no haga temblar el pulso ni excite el grito. Quiero calderos de pura agua.

1 comentario:

Dylan Forrester dijo...

Nada mejor que el agua pura para fluir sin impurezas.

Saludos.