Foto de Ángel Muñoz

miércoles, 29 de julio de 2009

Amarga bandera



Ayer recibía un comunicado de Anmistía Internacional sobre la prohibición total del aborto en Nicaragua. Cuando estuve allí, en plena campaña electoral, eran muchas las voces que se alzaban a favor de esta propuesta. Algunas niñas en Nicaragua se quedan embarazadas con 13 años, la atención médica es precaria, muchas mujeres mueren en manos de carniceros que intentan practicarles abortos sucios y sangrientos. Hablé de ello con algunos hombres que se autodenominaban "revolucionarios", que exhibían su condición de "luchadores por la libertad" pero que, ay amigo, en esto del aborto lo tenían claro, es cosa de mujeres y además son ellas las que se "entregan por amor desde niñas, es algo cultural", da igual qué tipo de "entrega" sea esa y con qué capacidad de decisión cuenten las mujeres.
Se trata de una cuestión amarga, de una bandera que izan los de siempre y a la que ahora se suman casi todos, una manera más de hipocresía, de mirar a otro lado, una manera más de maltratar a las mujeres.
La religión, la política conservadora y ahora también la nueva política revolucionaria iluminada, todos a coro haciendo himno del abuso.

1 comentario:

Isabel Huete dijo...

¡Qué razón llevas! Muchas veces nos fijamos en la situación de las mujeres en el Islam y nos llevamos las manos a la cabeza, pero lo que les pasa a muchas en los países sudamericanos también tiene delito. Es terrible la opresión que siguen sufriendo, la falta de libertad, el seguir siendo tratadas con tan poco respeto en lugares donde, supuestamente, hay libertad, pero, claro, no para ellas.

Un besote, corazona.