Sólo aparentemente lo que ves de mí aquí y ahora es lo que soy aquí y ahora.
miércoles, 22 de julio de 2009
El calor del viento africano
A las ocho y media de la noche el termómetro de mi coche marcaba 38 grados. Calor, mucho calor. Recogí a Katia y nos fuimos al concierto de Yossou N´Dour, en la Casa de Campo. Calor, mucho calor. El culo se nos fundía entregándose licuado al plástico de la silla. Sé que esto no suena muy bonito pero a veces la realidad sudorosa se impone. Cerveza en mano nos dejamos llevar por un Yossou que resplandece, literalmente, en el escenario, por unos músicos que nos vuelven negras y que nos tiran de los pelos para que abandonemos la ventosa en la que estamos pegadas y nos lancemos a los atávicos movimientos que provocan. Lo hacemos, claro.
Entonces el calor pasó de fuera a dentro y eso se nota, sudar por dentro es una forma de destilar emoción, da gusto.
Notaba algún espíritu magreándome el ritmo, sabía quién era, qué te crees, que no te conozco biticho?
La voz de África, su sensualidad, la fuerza de quien está dispuesto a poner toda la carne en el asador, la carne de un continente al que nos pide, nos exige, que se mire con otros ojos. Es lo mínimo.
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4 comentarios:
Africa es Música misma. Fresco post.
Un saludo.
"el culo se nos fundía entregándose licuado al plástico..." me parece tremendo.
ves? últimamente en mi vida es todo negro...
muak!
espero que todo esté mejor después de la última entrada.
Es un tipo interesante, lo conocí en Dakar.
En Senegal, aunque no lo creas, hay muchos Yossous. ¿Recuerdas el barco que naufragó allí, el Diola? Pues en él se ahogó todo un grupo musical que tocaba y bailaba de manera alucinante.
Yossou es fantástico, embriaga... pero es excesivamente "pesetero" (ahora se deberá decir eurero), tanto que raya el ridículo.
Un abrazo.
Leo, música, claro, pero mucho más.
Anda Vuk, anda, siempre pensando en lo único, je. Besitos en el culito.
Qué triste, Pau, lo de la patera... Respecto a lo de Yossou, bueno, tampoco le queríamos perfecto, no?
Muas.
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